En la última década, los aportes por la pesca de anchoveta se han cuadriplicado, al pasar de $4 por TM a $15 por TM. Este pago es más elevado que el que se paga en Chile por la anchoveta, en la mayoría de países por la explotación de otros pescados, en otras industrias extractivas peruanas, y por otras pesquerías peruanas.
Según un análisis de Ernst & Young, la industria de harina y aceite de pescado destina el 50% de su utilidad operativa a estos aportes y el pago de tributos, lo cual resulta superior a lo pagado por otras industrias extractivas, que por cierto ya pagan bastante.
Un derecho de pesca mal fijado no afecta solo a las grandes empresas, sino también a las medianas y pequeñas, que en años de bajo volumen tendrán que endeudarse para pagar derechos de pesca aún mayores.
También afecta a los trabajadores, quienes recibirán menos utilidades -cuando existan- e, incluso, enfrentarán el riesgo de la inviabilidad de sus empresas que pondría en peligro la estabilidad de sus empleos.
Produce ha propuesto incrementar el derecho de pesca de la anchoveta en 300%. Ello llevaría el pago de derecho de pesca y otros aportes de $15 a $26 por TM. Es decir, ya pagamos más que toda nuestra competencia, y con lo propuesto pasaríamos a pagar el doble.
Es paradójico que a semanas de haberse presentado un Plan de Competitividad por parte del Gobierno, en el sector pesquero se publique una propuesta que lo que hace es remar en contra. Si queremos competitividad y mantener uno de los pocos mercados en el que Perú es líder a nivel mundial, es necesario repensar el tema.
Foto: TASA