El día después de mañana

El 2020 que termina será recordado como uno muy particular y pasará a los libros de historia del Perú como el año que puso a prueba a todos los peruanos y peruanas, sin excepción. Ello no solo por la pandemia, ocasionada por un virus despiadado que nos encontró completamente desarmados desde el punto de vista sanitario, sino por la crisis institucional de los principales poderes del Estado que nos llevó al límite, y llevó a que tuviéramos tres presidentes de la República en tan solo 8 días.

Desde la llegada de la COVID-19 a nuestro país, hace ocho meses, el Perú viene enfrentando la etapa más difícil de su historia reciente. Por un lado, nuestro sistema de salud a duras penas viene atendiendo a los miles de ciudadanos afectados por este virus; por otro, nuestra economía está atravesando una difícil situación debido a la parálisis de las actividades económicas, fruto de una visión absurda del Gobierno anterior por la cual se pensó que la economía y la salud iban por cuerdas separadas. A este escenario se sumó la crisis política e institucional que hoy estamos superando.

En este difícil escenario, cumplimos con éxito la primera temporada de pesca, un inmenso desafío que enfrentó todo el sector y que logramos gracias al esfuerzo y compromiso de los trabajadores y empresarios del sector pesquero industrial. Fuimos pioneros en diseñar e implementar estrictos protocolos de bioseguridad que representaron una inversión superior a los S/ 41.3 millones, lo cual es relevante toda vez que sirvieron para la reactivación de otros sectores que los tomaron como referencia.

Sumado a ello, con el cumplimiento de la cuota asignada (2.4 millones de TM) para la primera temporada, los trabajadores recibieron más de S/ 430 millones en remuneraciones y se generaron exportaciones de harina y aceite de pescado por US$ 1,000 millones, un aporte fundamental para la reactivación de nuestra economía.

Tenemos buenas expectativas para esta segunda temporada, pues existe una biomasa saludable en el mar y tenemos conocimiento de que no se presentarán anomalías climáticas, de manera que el sector pesquero, en este último bimestre del año, va a continuar con el proceso de reactivación económica en beneficio del país.

No obstante, para salir de la situación por la que atraviesa el Perú y dar un salto en el proceso de reactivación económica, resulta urgente efectuar varios ajustes para poner el motor a punto y facilitar el desarrollo del sector pesquero en general y la acuicultura, sectores que deberían ser aún más competitivos. Para ello, resulta clave atender la agenda pendiente.

Uno de los primeros pasos que se debería dar es la reducción de una serie de sobrecostos que afectan al sector pesquero y que en los últimos años se incrementaron un 400%. Es urgente revisar los sobrecostos del programa de control y vigilancia que, a través de la tecnología, podría ser mucho más eficiente y menos oneroso.

Por otro lado, resulta necesario afinar las políticas para reactivar un régimen especial de pesca en el sur que permita llegar a niveles que superen el medio millón de toneladas, como sucedía hace algunos años. Es inconcebible que Chile venga pescando en la zona norte de su costa más de 553,000 TM y nosotros hasta el momento no podamos pescar ni una sola anchoveta en el sur.

Pero, la agenda pendiente pesquera no se limita a la anchoveta. Y por ello es importante impulsar la competitividad de la industria en otras especies como el jurel, la caballa y el atún. Así, consideramos oportuno ampliar la cuota de jurel para este año, con lo cual se generarían recursos y divisas adicionales; mientras que, en el caso del atún, se requiere un régimen que permita el reintegro tributario del ISC al combustible que utilizan los barcos de esta flota. Apostar por el impulso de la industria atunera generaría, además de importantes divisas, 70,000 nuevos empleos en el norte del país, que ahora son más que urgentes.

Finalmente, es crucial la promoción de la acuicultura peruana, un sector intensivo en mano de obra. Se debe dotar de liquidez a este sector, para lo cual deberían generarse fondos de financiamiento a bajo costo y revisar los procesos de devolución de impuestos, para que sean menos engorrosos. Además, se requiere un rol más proactivo de Sanipes para solucionar los problemas en los mercados de destino.

Hoy que estamos viviendo el día después de mañana, es momento de reactivar el país con autoridades e instituciones sólidas y creíbles. Próximos a entrar al año del bicentenario, esperamos que las aguas se calmen en lo político y retomemos juntos como país la senda del crecimiento, pero también la del diálogo, el reconocimiento, la empatía y la inclusión.

FOTO: AP Photo/Rodrigo Abd

Cayetana Aljovín
Presidenta SNP
Revista Negocios Internacionales de COMEX
Scroll al inicio