El diferendo limítrofe con nuestro vecino país del sur nos lleva a reflexionar sobre el valor de la pesca en esa zona. Además del derecho a nuestra soberanía, veamos qué representan estos 66,680 km2 y qué está en debate en términos económicos para el Perú y su pesquería.
Existen dos zonas por las cuales el Perú está luchando, la primera es un área de 38,324km2 formada por la superposición de las zonas de dominio marítimo del Perú y Chile conformadas por la proyección de sus 200 millas náuticas de una línea perpendicular desde sus costas. Esta es el área principal en litigio en el Tribunal de La Haya a la llamaremos el triángulo interior.
El segundo triángulo es de unos 28,356 km2 formados por la proyección de la costa peruana que es obstaculizado por el área donde Chile reclama su soberanía y que considera que es zona de alta mar. Esta área la llamaremos el triángulo externo.
En el triángulo interno existen diversos recursos que son explotados por Arica, la XV región de Chile. Esta región capturó el año pasado unas 336 mil toneladas anuales, realizando el 80% de su pesca en la zona de litigio, según declaraciones de las empresas pesqueras chilenas.
La pesca en esta zona varía históricamente entre las 250 mil a 300 mil toneladas; siendo principalmente la anchoveta la especie más capturada (representa el 90% de su pesca). Otros recursos de alto valor son Jurel, Caballa, Camotillo, Machete, Pejerrey, Pez Espada, y Pota. El valor de toda esta pesca podría valer solo en extracción unos US$100 millones siendo el valor mínimo US$80 millones y llegando a un máximo de US$120 millones.
Este valor dependerá de su destino industrial si es para la industria de harina, para el aceite, para fresco, para productos congelados o en conservas, que aumentaría el beneficio económico de la región según los productos que se elaboren. Recientemente, un grupo de empresas chilenas ha implementado en la XV Región una planta de refinado de aceite Omega-3 valorizada en US$80 millones, posiblemente animadas por el potencial de pesca de anchoveta en la zona el cual en el último año ha incrementado su pesca en 270%.
Ahora veamos el potencial del triángulo externo. Es difícil dar una cifra para esta área debido a que su valor es potencial al depender de la posibilidad de la industria en desarrollar una pesca de altura y llegar a capturar las especies que se hallan en agua internacionales.
Para ello, tenemos que ver que ha pescado en alta mar las regiones I y XV de Chile. En promedio de los últimos 3 años estas regiones han capturado unas 70 mil toneladas de jurel (durante el 2011 solo pescaron 15 mil toneladas como consecuencia de la auto regulación que se impusieron). Para nuestro vecino del sur es fácil llegar a la zona de pesca de altamar y aguas internacionales donde se encuentra el jurel, solo deben navegar 200 millas frente a su costa.
En cambio, nuestras embarcaciones industriales que parten de Tacna o del puerto de Ilo deben de navegar por lo menos unas 400 millas antes de llegar a aguas internacionales. Esto hace imposible mantener una industria de este tipo en la región.
Resumiendo, si en estas zonas podemos hacer una pesquería valorada en unos US$100 millones, con posibilidades de darle un mayor valor agregado haciendo inversiones para nueva infraestructura, mejorando embarcaciones y plantas (equivalentes a US$5 millones anuales en promedio), se sumarían el desarrollo una buena pesca artesanal, una flota de altura y una industria para la explotación de ese mar que es nuestro.
Veamos como ejemplo los beneficios que tendría la región Tacna: esta incrementaría su PBI en un 5%, hoy posee US$2,345 millones al año de PBI corriente. Con lo que no sólo Tacna se beneficia si no también regiones vecinas, muy necesitadas en general, al generarse una fuente de alimentos, inversiones y nuevos puestos de trabajo.
En un futuro no muy lejano no sólo estaremos hablando de los puertos importantes del Norte y Centro del país, sino también de los puertos en la gran industria que tendría el Sur y el desarrollo y bienestar de todas sus regiones.