La semana pasada recibimos la visita de la jefa de la subdivisión de Políticas, Economía e Instituciones del Departamento de Pesca y Acuicultura de la FAO, Rebecca Metzner, quien afirmó que un sistema de asignación de cuotas pesqueras de largo plazo es un incentivo para la sostenibilidad de los recursos del mar.
Ello debido a que cuando un sistema de asignación de cuotas es corto crea incentivos perversos, como la sobrepesca, porque los que tienen estos derechos están abocados a pescar todo lo que puedan en ese periodo. En cambio, a mayor vigencia, los actores tienen un comportamiento responsable, para garantizar la disponibilidad del recurso para las futuras generaciones.
Según Metzner, el hecho de estar revisando la vigencia de las cuotas cada cinco o diez años resulta una pérdida de tiempo, energía y esfuerzo; pues mientras no hay claridad sobre las reglas futuras, la presión sobre las pesquerías continúa, afectando su biomasa.
Desde la SNP insistimos en la necesidad de que todas las pesquerías peruanas apliquen un sistema de gestión basado en la asignación de cuotas, como ya ocurre con las pesquerías de anchoveta y merluza.
En ese sentido, un aspecto a trabajar desde el Estado es promover la asignación de derechos a comunidades de pescadores, lo que podría ser un primer paso hacia derechos individuales para los hombres de mar. ¿Quién mejor que ellos mismos para cuidar su espacio de trabajo?
Así consideramos que un reto por delante es llegar a un esquema similar al de Nueva Zelanda, donde el 99% de sus pesquerías están manejadas bajo esta forma. La buena gestión pesquera es un asunto de sostenibilidad y seguridad alimentaria.