En los últimos años, la presencia femenina en términos de empleo y cargos de liderazgo ha ido ganando terreno en el Perú. Una muestra de ello es que hoy más del 30% de los principales gremios son presididos por mujeres, cuando hace 10 años este porcentaje era menor al 5%.
Sin embargo, con el COVID-19, este avance podría estar en riesgo. Así, según Apoyo Consultoría, solo el 8% de las mujeres retornó a sus trabajos formales en la fase 1 de la reactivación económica; mientras que en el caso de los hombres ello fue más del doble.
Y es que la pandemia, como bien lo retrató un caricaturista, ha mostrado las desigualdades y obstáculos por las que atraviesan miles de mujeres en el Perú, al evidenciar el doble trabajo que realizan en casa.
En este escenario, las empresas deben tomar conciencia de este fenómeno y desarrollar políticas para que la nueva normalidad no siga agudizando las brechas ya existentes.
En el sector pesquero, la participación de la mujer ha mostrado avances, necesitamos seguir en ello y que la pandemia no se convierta en una excusa para frenarla.
Así, se requiere seguir incrementando las contrataciones de mujeres en posiciones estratégicas, a fin de mejorar su representatividad en la toma de decisiones. Asimismo, se debe aprovechar este tiempo y la tecnología para impulsar campañas contra el hostigamiento sexual y acoso laboral; y utilizar la automatización de procesos para que posiciones que antes eran netamente masculinas den paso a la incorporación de las mujeres en el sector.
Lo urgente no puede hacer perder de vista lo importante. Que la pandemia no nos deje luego una meseta de cristal imposible de romper.