La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó hace poco su informe El estado mundial de la pesca y la acuicultura (SOFIA 2018), un importante documento sobre la actual situación de ambas actividades y sus perspectivas para los próximos años.
Señala que la producción mundial alcanzó un máximo de 171 millones de toneladas, de las cuales 91 millones vinieron de la pesca y 80 millones de la acuicultura. Hace diez años, la pesca era similar en 90 millones, en tanto que la acuicultura era casi la mitad, con 47 millones. La FAO explica que, ante la estabilidad de la producción de la pesca de captura desde finales de la década de los 80, la acuicultura ha sido la desencadenante del impresionante crecimiento continuo del suministro de pescado. De hecho, más de la mitad del pescado (53%) que consumimos viene hoy de la acuicultura.
Del total de la producción pesquera y acuícola mundial, 9% se utilizó para la producción de ingredientes marinos (harina y aceite de pescado), los cuales se utilizan, principalmente, como alimento balanceado en la acuicultura global. Así, a nivel mundial, se destinan 15 millones de TM de pescados como la anchoveta para fabricar ingredientes marinos y se producen, como se señaló, 80 millones de pescados vía la acuicultura.
Teniendo en cuenta que una pequeña parte de ingredientes marinos va a otros usos y que parte de los pescados no son carnívoros, tenemos que por cada tonelada métrica (TM) de anchoveta que se destina a la fabricación de ingredientes marinos se obtienen entre 3 y 4 TM de especies cultivadas alimentadas.
En ese sentido, el Perú, como primer productor global de ingredientes marinos, es el soporte de la acuicultura mundial, ya que gracias a la harina y el aceite de pescado que producimos se genera la multiplicación de los peces vía la acuicultura.
Como resalta la FAO, la harina y el aceite de pescado son los ingredientes más nutritivos y digeribles destinados a piensos para peces de acuicultura. Así, vía el sostén que proveemos a la acuicultura, la industria de ingredientes marinos viene contribuyendo al fuerte crecimiento de la acuicultura, y aporta de manera importante al objetivo de la FAO de un mundo sin hambre y malnutrición.
Por otra parte, el informe confirma cómo esta mayor producción se ha traducido en un importante incremento del consumo de proteína de pescado a nivel mundial. Así, el consumo aumentó de 9 kilos en 1961 a 20.2 kilos en el 2015. Las estimaciones preliminares relativas a los años 2016 y 2017 apuntan a un nuevo aumento: 20.3 kilos y 20.5 kilos, respectivamente.
Los resultados del informe dan cuenta de que 67% de los cardúmenes en el mundo se está explotando de forma sostenible. En el Perú, la pesca industrial de anchoveta para la producción de harina y aceite de pescado es una de las mejor gestionadas del mundo. Prueba de ello es la última medición de biomasa realizada por el Instituto del Mar del Perú (Imarpe) que arrojó casi 11 millones de TM, un nivel 35% superior al promedio de los últimos 25 años. Será importante que este modelo de gestión sea ampliado a otras pesquerías comerciales que se explotan en nuestro país.
Finalmente, la FAO prevé que, por lo menos durante la próxima década, las poblaciones de peces no podrán proveer más pescado del actual, por lo que la acuicultura deberá suplir la brecha creciente entre el suministro de alimentos acuáticos y la demanda de una población mundial en crecimiento y con más recursos. Perú seguirá siendo importante en ello como productor de ingredientes marinos, como productor de pescados y mariscos, y ojalá también con una creciente acuicultura.
Foto: PRODUCE