Desde hace 15 meses, el Perú enfrenta la peor crisis sanitaria y económica desde la Guerra del Pacífico. Y como si esto fuera poco, desde el domingo 06 de junio, todos los peruanos atravesamos por una situación de incertidumbre respecto a los resultados electorales, que definirán quién será la persona encargada de conducir nuestro destino durante los próximos 5 años; todo ello además en un clima de desconfianza que lamentablemente no cesará en el corto plazo.
Por ello, resulta imprescindible que las autoridades electorales de nuestro país actúen con total transparencia, para que todos los peruanos tengamos la seguridad de quien resulte electo, sea quien la voluntad popular así lo determinó.
En tal sentido, somos muchos los peruanos e instituciones que reclamamos que la evaluación de todas las observaciones e impugnaciones realizadas ante los entes electorales, sean efectuadas de manera pública, sujeta por tanto al escrutinio y vigilancia de toda la población y de la comunidad internacional, que esperamos también esté presente y no de espaldas en un momento en que, el Perú, la necesita más que nunca.
Como ciudadanos nos toca esperar con calma el resultado final de estas elecciones, las cuales se darán cuando el último voto sea validado, manteniendo siempre el respeto y la tolerancia, y donde la violencia no tenga ningún espacio.
Estas elecciones nos han evidenciado que el Perú se encuentra literalmente partido en dos. Quien asuma la presidencia en el Bicentenario tendrá, además de los retos ya evidentes, como la lucha contra la pandemia y la reactivación económica, lograr unir nuevamente a nuestro país. Sin odios y con libertad.
FOTO: ONPE