La campaña electoral nos viene dejando una sensación extraña de regreso al pasado. Ambos candidatos han propuesto ideas trasnochadas que ya fueron aplicadas en décadas pasadas y que no generaron ningún beneficio para los peruanos.
Así, uno de los candidatos propone prohibir las importaciones de todo producto que el Perú produce, tal como lo hizo la dictadura militar en los años 70. Esta medida, que se puede revisar en los libros de historia, perjudicó a millones de consumidores que se vieron obligados a pagar precios excesivos por productos de pésima calidad.
Asimismo, cabe precisar que, en un mundo globalizado, esta medida no solo perjudicaría a los consumidores, sino que, además, pone en riesgo las exportaciones peruanas que vienen conquistando diversos mercados, no solo en Estados Unidos, sino también en Europa y Asia. Es bien sabido que, frente a estas medidas, los países implementan acciones de retaliación, con lo cual se afectaría el trabajo de más de 38 mil empresas exportadoras, de las cuales 35 mil son PYMES, según un estudio de COMEX.
Por otro lado, esta medida perjudicaría el esfuerzo de miles de emprendedores que hoy trabajan en el sector pesquero y acuícola, y pone en riesgo los casi US$ 3 mil millones en divisas que se obtienen por la exportación de ingredientes marinos, congelados y frescos; así como los más de 700 mil puestos de trabajo que genera el sector por todo concepto.
Por otro lado, también produjo un déjà vu la propuesta de la creación del Ministerio de Pesquería. Si bien parece una buena idea, ya sabemos que la creación de más instituciones no soluciona los problemas. Lo que se requiere son políticas públicas claras y autoridades eficientes comprometidas con resolver la problemática del sector. Para ello, no se requiere más burocracia, solo voluntad y decisión.
No volvamos al pasado. Necesitamos actuar en el presente y mirar hacia el futuro.