Manuel Barange, director de Pesca y Acuicultura de la FAO ha señalado que, tenemos que entender, que los océanos no son un acuario; es decir, que no sólo existen para ser admirados, sino que también son el lugar donde los seres humanos obtenemos gran cantidad de nuestros alimentos, y nuestros medios de vida.

En efecto, la pesca es muy relevante para el Perú toda vez que somos responsables de la pesquería más abundante en el mundo que existe de una sola especie como la de anchoveta, que nos mantiene, entre otros recursos, como potencia mundial pesquera. Y somos reconocidos en el mundo por aprovecharla responsablemente para su sostenibilidad.

Por ello, todos los actores del sector debemos actuar con objetividad. Debemos entender, por ejemplo, que los cardúmenes se mueven libremente, se desplazan rápidamente en busca de condiciones que se adecúen a su naturaleza afectando su disponibilidad. Y este año, el Fenómeno El Niño Costero generó alteraciones en la distribución de la anchoveta.

En esa línea, urge que la investigación se realice correcta y permanentemente y que las decisiones de la autoridad se adopten oportunamente. En el año 2022, la segunda temporada de pesca de anchoveta en la zona centro norte comenzó tardíamente, afectando seriamente el desempeño de las capturas. Este año, se repitió la historia; la segunda temporada pudo comenzar, por lo menos, dos semanas antes, debido a la mejoría de las condiciones ambientales y un proceso temprano de desove de la anchoveta. Ello en un año en el que no hubo primera temporada de pesca, lo que originó la pérdida de miles de empleos, afectó a más de 250 mil familias y 3,500 pymes que dependen de la pesca industrial.

No se entiende la razón de las demoras en la toma de decisiones, más aún en el contexto actual, que debería demandar todos los esfuerzos de las autoridades para enfrentar la grave crisis que estamos viviendo. Los peruanos estamos cansados de excusas, del temor de los funcionarios para tomar acción y de las decisiones políticas equivocadas. ¡Basta ya! Es momento de ponernos a trabajar, no de admirar el acuario.