Para nadie es un secreto que lo que se viene para el Perú a raíz del COVID-19 es una situación económica que algunos comparan con los estragos que dejó la guerra con Chile hace más de 140 años, con miles de empleos lamentablemente perdidos y cierre de empresas.
En este escenario, resulta fundamental que el Gobierno active y reactive la economía de todas las regiones del país, en especial de aquellas que antes de la pandemia ya estaban languideciendo.
Un ejemplo de ello es la zona costera del sur peruano, donde existe una gran preocupación porque hasta la fecha, no se ha abierto la primera temporada de pesca de anchoveta Sur, la cual usualmente se inicia entre enero y febrero, y que revisando las cifras oficiales de exportaciones, explicaría su caída de 56.4% en el primer trimestre del año.
Al respecto, es importante precisar que Perú y Chile comparten un solo stock, y por ello, la anchoveta que dejamos de pescar es aprovechada por el vecino país.
Así, en los primeros cinco meses del 2020, Chile ha logrado capturar 149 mil TM en su zona norte, mientras que el Perú ha capturado cero toneladas en su zona sur. Esta situación ha significado que nuestro país deje de pescar casi 300 mil TM y pierda 392 millones de soles, los que hubieran sido inyectados a la economía nacional.
Y es que en el contexto actual, es sumamente relevante que mientras la industria completa la cuota asignada en la zona norte centro; también se puedan utilizar activos que hay en el sur, generando puestos de trabajo y dinamizando así las economías de Moquegua y Arequipa.
Como vemos, hoy más que nunca, la reactivación del sur se hace más que necesaria.